Los replicantes de Blade Runner, aquellos humanos artificiales que creó Philip K. Dick y que Ridley Scott inmortalizó para el cine andaban amotinados en 2019 en una hipotética ciudad de Los Ángeles. Aunque parezca mentira ese futuro diseñado por el director está a un año de alcanzar la fecha y la idea de que los robots repliquen al ser humano en ciertos procesos no forma parte de ese futuro si no que ya forma parte del presente.

Nos encontramos ante una constante en la evolución. En su día, las máquinas se adueñaron del campo, lo que provocó un aumento de la producción y el trasladó la mano de obra a las fábricas. Más tarde, las fábricas se automatizaron y donde se necesitaban cuatro operarios ya sólo hacía falta uno o ninguno. Hoy por hoy, estamos inmersos en otra revolución, la cibernética.

El reto es un cambio profundo en la mentalidad de las personas y en la forma de trabajar al ya que tendrán que compartir espacio y tiempo con robots de software. Ahora bien, si se consigue combinar de manera óptima las ventajas de la automatización vía robótica, con la creatividad y la energía de personas motivadas por conseguir su máximo potencial, el beneficio es enorme

No obstante, no hay que olvidar que son máquinas y están configuradas por personas para responder a determinados problemas de la misma manera en todas las ocasiones. Los robots de software hacen lo que se les pide, no cometen errores en este sentido.