Es normal el miedo que tiene la sociedad a la revolución tecnológica y cuando nos sentimos amenazados por ella nos echamos las manos a la cabeza.

El caso Jessica Shvarman, Argentina de 26 años licenciada en administración de empresas, es muy peculiar. Ella era analista de cuentas en una empresa y vivió en primera persona cómo la tecnología la obligó a cambiar de puesto laboral. Lo que hacía antes podía ser totalmente automatizado por un robot de RPA.

Lejos de desanimarse y de no tenerle miedo a los cambios, hizo justo lo contrario, capacitarse y ver la oportunidad que se generan a raíz de lo que le había sucedido.

«Antes, el trabajo rural estaba al orden del día Hoy, sólo 2% de las personas hacen actividades rurales; fueron reemplazados por máquinas y fertilizantes. En ese camino del campo a las ciudades, para trabajar en fábricas y después en oficinas, nadie imaginó que el trabajo podía ser reemplazado por robots», explicó.

La tecnología no la dejó sin trabajo, sino que cambió de puesto en la misma empresa y hoy es parte del equipo del área Robotic Process Automation Team de la misma empresa, en la que trabajan 50 personas con distintos perfiles, desde programadores hasta contadores.

“Los procesos eran pasibles que los hiciera un robot y nos permitió enfocarnos en otras tareas. El que no se adapta a esto, no va poder competir en el mercado»

Se vuelve a cumplir la selección natural de Darwin, “la adaptación al medio”. El cambio es una realidad y tenemos que asumirlo y adaptarnos, buscando siempre nuevas oportunidades como hizo Jessica