Microsoft alerta: vivimos una jornada laboral infinita… pero ¿la automatización tiene la clave? 

jornada laboral larga

El día laboral empieza cada vez antes y termina mucho después. No porque haya más trabajo, sino porque no sabemos (o no podemos) dejar de trabajar. A las 7:00 ya hay correos sin leer, y a las 21:30 alguien todavía espera una respuesta. Así describe Microsoft, en su último análisis publicado en Source EMEA, una realidad que miles de empleados viven a diario: la jornada laboral larga ya no es una excepción, sino una norma silenciosa. 

En un contexto donde la tecnología prometía liberar tiempo y mejorar la productividad, el fenómeno de la «jornada infinita» refleja una paradoja inquietante. Herramientas como el correo electrónico, los chats corporativos y las videollamadas han ampliado el perímetro del trabajo, pero también han diluido los límites entre lo personal y lo profesional. ¿El resultado? Empleados conectados, pero agotados. Equipos disponibles, pero desbordados. 

Una jornada laboral larga o que nunca termina 

El informe de Microsoft no es un alegato alarmista, sino un análisis detallado de los patrones de comportamiento en herramientas como Microsoft Teams y Outlook en la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África). Y los datos son reveladores: el 42% del tiempo que las personas dedican al trabajo ocurre fuera del horario habitual. Es decir, antes de las 9:00 o después de las 18:00. 

La jornada laboral larga no se debe a una cultura del presentismo tradicional, sino a una cadena constante de interrupciones y microtareas que impiden concentrarse. Las reuniones se solapan, los mensajes llegan sin descanso y el «tiempo profundo» —ese en el que realmente se produce valor— es cada vez más escaso. 

Una productividad aparente, un bienestar en riesgo 

Las jornadas laborales largas no solo afectan al equilibrio personal. También ponen en jaque la productividad real. Al trabajar más horas sin desconectar, la fatiga cognitiva se acumula, la creatividad se reduce y la capacidad de tomar decisiones disminuye. Según el estudio, muchos empleados sienten que están “ocupados todo el tiempo, pero sin avanzar realmente”. 

El problema no está en las herramientas, sino en cómo las usamos. Y también en lo que no medimos: el coste emocional del trabajo sin pausa, la ansiedad ante la inmediatez, el agotamiento silencioso de los equipos. Una organización no puede crecer cuando su gente solo sobrevive. 

¿Tecnología salvadora o acelerador del problema? 

En este panorama, en el que según Microsoft bautiza como «jornada laboral larga», la tecnología juega un papel ambiguo. Por un lado, es el canal por el que fluye toda la comunicación laboral. Por otro, también puede ser la solución si se aplica con inteligencia. Microsoft señala que muchas organizaciones no están aprovechando las capacidades de automatización, inteligencia artificial o gestión del tiempo que las plataformas actuales ofrecen. 

La clave está en liberar de la jornada laboral larga a los trabajadores del «trabajo sobre el trabajo». Es decir, de aquellas tareas que no aportan valor directo: coordinar reuniones, buscar documentos, responder notificaciones constantes. El tiempo que se pierde en estas tareas —según Microsoft— representa hasta un 60% de la jornada. Reducir ese porcentaje puede marcar la diferencia entre una cultura de la fatiga y una del enfoque real. 

El nuevo contrato laboral: desconexión, foco y tecnología inteligente 

La jornada laboral larga no es una condición inevitable. Es el síntoma de un diseño organizativo que necesita replantearse. Las compañías que están liderando el cambio son aquellas que entienden que el tiempo es un activo estratégico. Y que proteger el tiempo de sus equipos es una forma de proteger su capacidad de innovar, pensar y actuar con calidad. 

Esto implica cambiar rutinas, procesos y mentalidades. Automatizar lo repetitivo. Replantear la necesidad de cada reunión. Diseñar flujos de trabajo que respeten los momentos de concentración. Fomentar una cultura donde la productividad no se mida por la disponibilidad constante, sino por el impacto real del trabajo realizado. 

La solución no es trabajar menos, es trabajar mejor 

En medio del debate sobre la semana laboral de cuatro días, el trabajo híbrido y la desconexión digital, la conversación debería girar hacia la eficiencia inteligente. No se trata de reducir horas por decreto, sino de mejorar la calidad del tiempo laboral. ¿Cuánto de tu jornada se destina realmente a tareas que requieren tu talento? ¿Y cuánto lo ocupa la burocracia digital? 

La respuesta a las jornadas laborales largas no es volver atrás, sino avanzar hacia un nuevo modelo donde la tecnología no te esclavice, sino que te respalde. Donde un agente de IA organice tu calendario, filtre lo importante y te ayude a recuperar el control del día. Donde las plataformas colaborativas estén al servicio de las personas, no al revés. 

Cultura laboral en transición: entre la hiperconectividad y la hiperautomatización 

El exceso de conexión no es una consecuencia inevitable del trabajo moderno. Es una etapa de transición. Muchas organizaciones todavía están aprendiendo a gestionar el cambio digital y, en el proceso, han adoptado dinámicas poco sostenibles. Pero hay señales de evolución: cada vez más empresas están invirtiendo en herramientas que priorizan el enfoque, la automatización y el bienestar. 

Esto implica no solo introducir tecnología, sino repensar el diseño mismo del trabajo. Desde el número de reuniones por semana hasta el uso de chat corporativo fuera del horario laboral. Desde la forma de medir la productividad hasta las políticas de salud mental y desconexión. La jornada laboral del futuro no será más corta por decreto, sino más humana por diseño. 

El tiempo de las personas importa. Y también el modo en que lo usamos 

En RPA Technologies, creemos que las herramientas no son neutras. Pueden multiplicar el talento de un equipo o dispersarlo en una maraña de tareas sin sentido. Por eso trabajamos para que la automatización, la inteligencia artificial y la hiperautomatización no sean solo conceptos, sino soluciones aplicadas a esta ya realidad de «jornada laboral larga»: menos tareas repetitivas, menos desgaste invisible y más tiempo para lo que de verdad importa. 

Ya lo adelantábamos cuando hablábamos de las Tendencias Laborales 2025: el futuro del trabajo no se define por trabajar más, sino por trabajar mejor. Y eso empieza hoy, por recuperar el control del tiempo y poner la tecnología al servicio de las personas. 

¿Tu equipo también está atrapado en una jornada laboral larga y a veces infinita? Tal vez es hora de rediseñarla. Y en eso, podemos ayudarte. 

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