Por qué 2026 será el año decisivo para la automatización de procesos empresariales
2025 llega a su fin y muchas empresas aún no han dado pasos firmes en automatización de procesos empresariales. Sin embargo, la revisión de los presupuestos para 2026 obliga a decidir si reservar una partida para esta palanca tecnológica o seguir posponiendo el salto. En este artículo analizamos cómo integrar la automatización de procesos empresariales en la hoja de ruta empresarial y qué criterios seguir para planificar una inversión realista y con impacto.
La paradoja de 2025: discurso sin acción
La conversación empresarial se llena de referencias a inteligencia artificial, digitalización y disrupción tecnológica. Pero la realidad es que gran parte del tejido empresarial sigue sin haber iniciado una estrategia clara de automatización de procesos empresariales.
Muchas organizaciones mantienen pequeños hubs internos que revisan procedimientos, sin presupuesto asignado ni proyectos que vayan más allá de pruebas aisladas. Según el informe The State of AI 2025 de McKinsey, aunque el 78 % de las empresas afirma utilizar IA en alguna función, solo 1/3 de los encuestados ha conseguido escalarla con impacto transversal en toda la organización.
Este desfase genera una paradoja: se habla de innovación, pero los procesos críticos siguen dependiendo de tareas manuales y estructuras rígidas. Y justo ahora, al revisar el presupuesto 2026, las empresas se ven forzadas a decidir si siguen posponiendo el cambio o si dan el primer paso.

La presión presupuestaria: decidir en 2026
El cierre del presupuesto anual es siempre un ejercicio de prioridades. Este año, los analistas coinciden en que la automatización de procesos empresariales y la inteligencia artificial aplicada a procesos de negocio son inversiones prioritarias.
El informe Budget Planning Guides 2026 de Forrester subraya que los líderes empresariales deben asignar recursos específicos para automatización de procesos empresariales e IA, no solo como proyectos de IT, sino como iniciativas estratégicas que atraviesen toda la organización.
El reto es evidente: en las compañías que no han hecho “los deberes”, no hay métricas internas para justificar la partida. La falta de experiencia hace difícil calcular ROI, anticipar costes y definir objetivos medibles.
El Wall Street Journal (julio 2025) advertía que muchas empresas están: «luchando por obtener retorno real de sus iniciativas de IA”, lo que ha generado escepticismo en algunos comités directivos. Esto obliga a los líderes a caminar sobre una delgada línea: no invertir es quedarse atrás, pero invertir mal supone perder capital y credibilidad interna.
Los riesgos de improvisar
La tentación de pasar de “cero a cien” en automatización de procesos empresariales suele terminar en proyectos fallidos. Los riesgos principales son:
- Pilotos que no escalan: Gartner estima que el 60 % de los pilotos de RPA en empresas medianas nunca llega a producción.
- Sobreinversión: McKinsey alerta de que los beneficios de la automatización rara vez se materializan en el primer año; requieren consolidación y madurez.
- Resistencia cultural: Sin un plan de comunicación y gobierno, los empleados perciben la automatización como una amenaza y bloquean su avance.
- Desconexión entre negocio e IT: Forrester destaca que muchas organizaciones aún tratan la automatización de procesos empresariales como un proyecto puramente tecnológico, sin liderazgo real desde las áreas de negocio.
Improvisar no solo erosiona el ROI esperado, sino que compromete la confianza en futuras iniciativas de transformación.
Cómo construir un caso de negocio sólido
La clave está en abordar la automatización de procesos empresariales como una inversión estratégica, no como un experimento tecnológico. Un business case robusto debería incluir:
- Diagnóstico inicial: Mapear procesos repetitivos, de alto volumen y bajo riesgo.
- Priorización: Enfocarse en quick wins que generen credibilidad interna.
- Estimación de ROI: Calcular ahorros de tiempo, reducción de errores y mejoras en productividad. Según Forrester, los proyectos exitosos de RPA alcanzan retornos del 30–200 % en el primer año de producción.
- Modelo de inversión en fases: Piloto → escalado → mantenimiento.
- Gobernanza: Definir roles claros, KPIs de seguimiento y mecanismos de control.
Sin estos elementos, el presupuesto 2026 corre el riesgo de convertirse en un cheque en blanco sin impacto tangible.
La dimensión olvidada: formar a los líderes
Un hallazgo constante en los informes de McKinsey y Forrester es que la diferencia entre éxito y fracaso no depende solo de la tecnología, sino del liderazgo.
El informe AI in the Workplace 2025 de McKinsey subraya que las organizaciones que más valor obtienen de la automatización de procesos empresariales son aquellas en las que los directivos comprenden las tecnologías y saben integrarlas en la estrategia de negocio.
Forrester recomienda explícitamente en sus guías de 2026 destinar parte del presupuesto a employee AI readiness, es decir, preparar a los empleados y en especial a los líderes para entender, decidir y liderar proyectos de automatización de procesos empresariales.
Sin este conocimiento, la toma de decisiones queda en manos de terceros, lo que aumenta la probabilidad de proyectos desconectados del negocio y de inversiones sin retorno.
Qué debe contemplar un presupuesto de automatización 2026
Planificar una partida presupuestaria no significa solo adquirir licencias. Una inversión integral debería incluir:
- Diagnóstico y casos de uso: Recursos para identificar procesos con potencial de automatización de procesos empresariales.
- Tecnología: Licencias de RPA, IA, low-code o integración.
- Gobernanza y compliance: Marcos de control, seguridad y trazabilidad.
- Formación: Programas para líderes y equipos.
- Pilotos y escalado: Fondos para pruebas iniciales y despliegue gradual.
- Mantenimiento: Capacidad de evolución y soporte continuo.
Solo así se asegura que la partida presupuestaria no se convierta en un gasto aislado, sino en una inversión sostenida.
La última llamada para actuar
2026 se perfila como un año decisivo. Las empresas que aún no han iniciado la automatización de procesos empresariales se encuentran ante una encrucijada: reservar una partida ahora o seguir retrasando lo inevitable.
El riesgo de no actuar es claro: pérdida de competitividad, rigidez operativa y mayores costes. El riesgo de actuar mal también lo es: inversiones mal justificadas que no generan retorno.
La solución pasa, en primera instancia, por preparar a los líderes de negocio para tomar decisiones con criterio, construir casos sólidos y justificar la inversión en el comité de dirección.
El curso “Automatización para Líderes de Negocio” de RPA Technologies se convierte en una pieza clave para:
- Adquirir un enfoque estratégico y práctico a la hora de determinar la necesidad de invertir en partidas como inteligencia artificial y automatización.
- Obtener las claves para diagnosticar procesos, priorizar inversiones y defender un presupuesto realista.
- Y aprovechar los fondos destinados a formación, liberando recursos para proyectos de 2026.

El futuro de la automatización de procesos empresariales no es opcional: marcará la diferencia entre liderar el mercado o quedarse atrás. El momento de decidir es ahora.