La preocupación que provoca la automatización de procesos está latente en la sociedad, sobre todo a la hora del miedo por perder el empleo. La automatización es una realidad y no podemos mirar a otro lado cuando una nueva revolución industrial está naciendo.
Como ya pasó en las anteriores, algunos puestos de trabajo desaparecerán para dar lugar a otros nuevos, siendo un proceso de adaptación natural consecuencia de la evolución.
Pero a corto plazo hay que estar tranquilos, según una importante consultora este cambio está constituido en varias etapas.
La primera, hasta principios de 2020, en la que se producirá la automatización de las labores más sencillas, en esta, el empleo en peligro en España es de solo el 3%; la segunda, hasta mediados de la próxima década, aumentará el riesgo hasta el 21% del empleo; y la tercera, en torno a 2030, en la que la automatización afectará no sólo a las tareas rutinarias, sino también a las destrezas manuales y la resolución de problemas en tiempo real. Aquí el efecto se contagiará ya al 34% de los puestos españoles.
Los sectores más afectados por la automatización serán el transporte, logística e industria, que podrían llegar a perder entre el 52% y el 45% de los puestos. Para los sectores de alimentación y distribución las previsiones son más moderadas (34%), mientras que la educación tendrá un efecto muy reducido, con solo el 8% de los empleos en riesgo